Wisconsin es conocido como Dairyland de América. Más de un tercio de todas las vacas en Estados Unidos viven en más de 3.000 granjas en Wisconsin. Los residentes de la especie bovina contribuyen a una próspera industria lechera, pero la leche no es lo único que producen en cantidades prodigiosas tambien lo es la importante cantidad de estiércol.
"Es un problema terriblemente complejo y que nos vemos afectados", dice Victor Zavala, profesor de la Universidad de ingeniería química y biológica Wisconsin-Madison que está trabajando en un nuevo enfoque sobre la gestión del estiércol. "Las granjas generan el estiércol, y se ven afectadas por sus impactos ambiental. Sin embargo, la producción de estiércol es impulsada por fuerzas económicas fuertes procedentes de zonas urbanas que demandan productos lácteos."
El fósforo de los campos agrícolas proveniente del estiércol provoca la proliferación de algas desagradables y peligrosas para el agua. El estiércol también libera bacterias potencialmente dañinas y gas metano.
Existen tecnologías para procesar residuos orgánicos, para la recuperación de productos valiosos, como el biogás y un compuesto llamado estruvita utilizados como fertilizante, pero estas tecnologías son asequibles sólo para las grandes explotaciones.
La elección de una solución adecuada implica mucho más que el costo tecnológico por sí solo. ¿Donde ubicar las plantas de tratamiento de abonos? ¿cómo transportar los residuos, y quién debería pagar por el equipo? son todas las preguntas que a menudo son difíciles de responder e implican intereses contrapuestos.
"Este problema es demasiado complejo. Es necesario encontrar maneras más simples y directas para explicar las interacciones entre los aspectos sociales, económicos y tecnológicos para las personas que toman decisiones", dice Zavala.
Los conflictos de intereses de las partes interesadas complican aún más el problema. Estos conflictos pueden surgir debido a la falta de información acerca de la tecnología y las limitaciones logísticas.
Zavala y sus colegas están desarrollando un marco para ayudar a las personas a tomar esas decisiones, juntar sus opciones y llegar a acuerdos en las decisiones complejas y potencialmente controversiales tales como la gestión del estiércol. Esta herramienta pueden ayudar a conducir a soluciones de compromiso que maximizan la satisfacción de los interesados.
El apoyo a la investigación proviene del Departamento de Agricultura de EE.UU., la National Science Foundation, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, y el Condado de Dane, en Wisconsin. "Esperamos que con este marco, podamos tener un proceso de negociación más informado. En lugar de los interesados simplemente diciendo lo que deben hacer, queremos proporcionar mejores marcos para las personas que negocian en la infraestructura de la gestión del estiércol", dice Zavala , que dirige el esfuerzo junto con Rebecca Larson, profesor asistente de ingeniería biológica y los sistemas de la Universidad de Wisconsin-Madison.
"Tratamos de llegar a soluciones justas que agradan a tantos interesados como sea posible, con la importante observación de que sabemos que será capaz de complacer a todo el mundo", dice Zavala. "El marco también se puede utilizar para informar a los interesados sobre cómo influir en sus opiniones (o no) la decisión final. Esa es una poderosa pieza de información".
