Los minerales en la dieta son esenciales para los procesos biológicos ya que desempeñan un papel vital en las funciones metabólicas, el crecimiento normal y desarrollo. Fisiológicamente, los macrominerales más importantes son el calcio (Ca),magnesio (Mg), sodio (Na) y potasio (K). Las principales funciones de estos elementos pueden ser descritos como el mantenimiento del pH, la presión osmótica, la conductancia nerviosa, la contracción muscular, producción de energía y casi todos los demás aspectos de la vida biológica.
En consecuencia, los problemas de salud se pueden atribuir a las ingestas dietéticas inadecuadas, que conducen a una deficiencia o un exceso de estos elementos
Sandra Y. Baca-Ibáñeza de la Escuela de Ingeniería Agroindustrial realizó una interesante compilación de muchas investigaciones actuales en reconocer la importancia del magnesio en la dieta humana que nos gustaria compartir con ustedes.
Muchas investigaciones recientes se centran en el consumo inadecuado de magnesio. El balance negativo de magnesio, produce o agrava enfermedades y trastornos, en contraposición con la idea de que los procesos de las enfermedades generalmente deben atribuirse al procesamiento anormal del magnesio, con la resultante deficiencia del mismo. La razón por la cual los estudios tienden a centrarse más en el consumo, podría deberse a que el consumo es más fácilmente controlable que las pérdidas renales, abdominales u otras pérdidas.
El magnesio es el cuarto mineral más abundante en el cuerpo y es esencial para la buena salud. Ayuda a mantener la función normal del músculo y del nervio, mantiene estable el ritmo cardiaco, contribuye para tener un sistema inmune saludable y mantiene fuerte los huesos. El magnesio también ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre, promueve una presión sanguínea normal y se sabe que está involucrado en el metabolismo de energía y en la síntesis de proteínas. Además, existe un creciente interés en el papel del magnesio en la prevención y manejo de desórdenes tales como la hipertensión,enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Durante los últimos 20 años, ha habido un incremento en el conocimiento acerca del magnesio y de los trastornos en el balance de magnesio, abriéndose nuevas expectativas para los pacientes, especialmente en los pacientes con Enfermedad Renal Crónica (ERC).
El magnesio es uno de los elementos más abundantes en el organismo y ocupa el cuarto lugar entre los cationes, superado por el calcio, sodio y potasio. El adulto normal posee de 20 a 28 g de (Mg) en total. La mayor parte del magnesio se localiza en el interior de las células (99%). La concentración de magnesio en el plasma es mantenida constante en el adulto, entre 0,75 a 1,25 mmol/L.
El cuerpo humano, al nacer contiene 760 miligramos de magnesio y en la adultez, llega casi a 25 gramos, lo que presenta en el hombre 0.1% de su cuerpo. Del 50 al 60% de magnesio se localiza en los huesos, donde forma parte de la hidroxiaapatita (fosfato de calcio), el resto se almacena en los músculos y tejidos blandos y solo un 1% en los tejidos extracelulares.
Son buenas fuentes de magnesio las semillas, los frutos secos, las legumbres y los granos de cereales molidos, así como las verduras, porque el magnesio es un constituyente esencial de la clorofila. La leche es una fuente moderadamente buena de magnesio, sobre todo porque la leche y otros productos lácteos se consumen de forma generalizada. El pescado, la carne y las frutas que se consumen con más frecuencia (es decir naranjas, manzanas y plátanos) son fuentes pobres de magnesio. Los alimentos refinados y procesados contienen bajos niveles de magnesio
Faryadi se refiere al Mg como muy beneficioso para nuestra salud, influyendo en nuestros huesos, energía, corazón, sistema cerebrovascular, sistema muscular, la salud dental, la diabetes, la emoción, la calcificación, estrés, depresión, ansiedad y el asma. También indica que las personas con deficiencia de magnesio están siempre cansadas, irritables, nerviosas, tienen rigidez en los músculos y son difíciles de concentrarse.
Otro estudio de parámetros bioquímicos en jugadores de élite, observando una disminución significativa en: hematocrito, hierro, plaquetas y bilirrubina (expansión plasmática fisiológica); magnesio (consumo enzimático), proteínas y glucemia (incremento del metabolismo energético y recambio proteico).
Recientemente se ha observado la existencia de una relación directa entre déficit de este nutriente, la resistencia a la insulina, las alteraciones del metabolismo, transporte de la glucosa y el riesgo de padecer diabetes tipo 2.
Los investigadores israelíes que administraron suplementos de magnesio durante 2 años a mujeres posmenopáusicas con osteoporosis establecida, demostraron una mejoría de la masa de huesos trabecular pero no del cortical.
Se ha demostrado que los suplementos de magnesio han mejorado la sensibilidad a la insulina, y existen pruebas epidemiológicas de que el consumo de magnesio está asociado con una disminución del riesgo de cáncer colorrectal. El magnesio ayuda en el metabolismo y función de vitamina D y es necesario para la contracción muscular y la coagulación de la sangre.
La deficiencia de magnesio se ha asociado con trastornos del sueño. Esta deficiencia de magnesio puede contribuir al estrés inflamatorio que puede dar lugar a cambios patológicos como la diabetes mellitus y la enfermedad cardiovascular asociada con la falta de sueño o al sueño de mala calidad.
El magnesio es un elemento químico de gran importancia en las diversas actividades humanas, ya que interviene en más de 300 reacciones metabólicas básicas y otros agentes químicos corporales como son la regulación de la temperatura corporal, brinda soporte al sistema inmunitario sano, mantiene constantes los latidos del corazón y ayuda a que los huesos permanezcan fuertes; interviene en la síntesis proteica, síntesis de ácidos nucleicos y mantiene en equilibrio los potenciales eléctricos de las células nerviosas y musculares. Es importante el consumo adecuado del magnesio en la dieta humana ya que una ingesta deficiente produce hipomagnesemia, ocasionando múltiples alteraciones o enfermedades como convulsiones, irritabilidad muscular,accidentes cardio-vasculares, alteraciones del electrocardiograma, trombosis, osteoporosis y diabetes tipo 2. Por otro lado, un exceso de magnesio produce hipermagnesemia que derivan en situaciones patológicas como la enfermedad de Addison, nefritis crónica, paros cardiacos e incluso la muerte.
Las principales propiedades funcionales que posee este mineral son poco conocidas por quiénes lo ingieren, pero investigaciones futuras del consumo de magnesio en la dieta humana darán a conocer mejor su importancia, lo cual motivará su ingesta adecuada y permanente en la dieta de la mayoría de personas.