Los hogares españoles han reducido la compra de leche un 5,8% en el último año, según cifras oficiales del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Fruto de este descenso en el consumo de leche convencional, la industria láctea no ha parado de reinventarse en los últimos años ofreciendo nuevos productos adaptados a las modas nutricionales. Y es que pese a que los jubilados destacan como los que mantienen una ingesta de leche superior al promedio nacional (98,30 litros por persona frente a los 66,47), hoy en día resulta casi imposible encontrar leches "sin apellidos".
Conocidas marcas como Puleva (@puleva), Pascual (@Pascual), o Central Lechera Asturiana (@LecheAsturiana) tienen en el mercado múltiples variedades de leche que aseguran contener 'extra de calcio', Omega 3 o vitamina D, elementos que pueden captar la atención de muchos mayores por sus presuntos beneficios para la salud. Pero, ¿vale la pena pagar más por estos productos? ¿Cómo de necesario es consumirlos?
Hasta un 50% más caras: Desde entidades como la OCU (@consumidores) advierten de que el consumo de este tipo de productos enriquecidos en líneas generales "es innecesario", pero lo que sí está demostrado es que "afectan notablemente al bolsillo de los consumidores".
"Los productos enriquecidos que utilizan estos reclamos suelen tener un coste elevado frente a los productos convencionales con similares características. Son alegaciones comerciales, que sin ser falsas tratan de justificar su necesidad", opinan desde la asociación de consumidores.
A modo de ejemplo, un litro de leche entera de una famosa marca de lácteos cuesta 1,19 euros. Pero el precio original de la misma cantidad de leche en la versión 'Calcio' asciende a los 1,65 euros, un 38,66% más. La suma va más allá con la enriquecida con Omega 3, que llega a costar 1,89 euros en su precio original, un 58,82% más. Y lo mismo ocurre con otros fabricantes.
¿Es realmente necesario un aporte extra?
"Como tal, las leches enriquecidas no son necesarias. Es decir, a través de una alimentación diseñada para cubrir con todos los requerimientos no sería necesario consumir ningún tipo de suplementación o complementos", asegura el nutricionista y dietista de la Universidad de Granada, Luis Bellot, quien extiende la afirmación también al caso de personas mayores "sin déficit de nutrientes enriquecidos".
"Otra cosa sería hablar de una persona mayor con patología en tejido óseo donde sí puede ser útil un aporte extra de calcio", asegura, por lo que llama a hacer diferencias entre personas sanas y otras que sufren patologías concretas.
Lo mismo opina respecto a otros elementos como el Omega 3 y sostiene que el peligro está en anuncios publicitarios que puedan dar a entender que necesitamos ese producto cuando realmente no es así. "Siempre es bueno acompañar de educación alimentaria a la población, pero desgraciadamente la publicidad no es un buen campo para ello", añade. Un estudio publicado por la prestigiosa revista médica JAMA asegura que no está demostrada científicamente que los alimentos 'enriquecidos con Omega 3' funcionen, ni mejoren la salud cardiovascular.
Algunas presentan un enriquecimiento "limitado"
Asociaciones de consumidores llevan tiempo alertando de que algunas leches "enriquecidas" en realidad no contienen tanto aporte extra. Pero según los expertos no es tan fácil hacer declaraciones de salud y alegatos sobre los alimentos sin que pasen un filtro legislativo. Según la Normativa Comunitaria la leche comercializada como “enriquecida” en un componente particular debe contener en 100 g, al menos el 15% de la cantidad diaria recomendada.
"Lo que sí se ha analizado es que hay leches cuyo enriquecimiento es 'bajito' y se acerca a ese mínimo. Algunas leches como Kaiku o Central Lechera Asturiana que han sido analizadas presentaban un enriquecimiento en calcio del 15% respecto a la leche normal", nos explica Bellot. De ahí que los expertos llaman a analizar la cantidad de nutrientes adicionales en comparación con la ingesta de una dieta saludable.
¿Qué cantidad de calcio necesitan las personas mayores?
La Guía para una Alimentación y Nutrición Saludables en Personas Mayores, elaborada por la Fundación Española de Nutrición (@FENnutricion) y la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (@seggeriatria), señala que la ingesta diaria de calcio debe rondar los 1.200 mg. en el caso de los hombres y situarse entorno a los 1.300 para las mujeres.
Entre los alimentos que más cantidad de este mineral pueden llegar a aportar señala: la leche y los productos lácteos, como quesos y yogures; pero también algunos pescados, sobre todo las sardinas, frutos secos, como las almendras, y algunas verduras, con el brócoli a la cabeza junto a otras de hoja verde.
Hay que insistir en que el organismo necesita de la vitamina D para poder absorber, a nivel intestinal, las cantidades de calcio que tomamos.
En nuestro país tenemos fácil acceso a la principal fuente de vitamina D a través del sol, pero también hay otros alimentos como los pescados azules, el hígado de origen animal y sus derivados (patés y fois) o el huevo son algunos de los que la contienen de forma natural, sin necesidad de recurrir a suplementos.