El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina han logrado un importante avance en el campo de la salud al desarrollar un yogurt funcional que brinda más del 50% de la ingesta diaria recomendada de Omega-3 en un solo vaso.
Este hito representa un gran paso en el cuidado de la salud, especialmente para grupos vulnerables como adultos mayores, embarazadas e infantes.
La importancia de los ácidos grasos Omega-3, como el EPA (ácido eicosapentaenoico) y el DHA (ácido docosahexaenoico), en la salud cardiovascular es bien conocida, con sus beneficios que incluyen efectos antiinflamatorios y apoyo al desarrollo cerebral y ocular. Sin embargo, la mayoría de las personas no incorpora suficientes alimentos ricos en Omega-3, como pescado graso, aceite de pescado o algas, en su dieta diaria.
Para abordar esta deficiencia, los investigadores del INTA crearon un yogurt funcional que proporciona aproximadamente la mitad de la dosis diaria recomendada de Omega-3 en un solo vaso. Esta innovación ofrece una solución práctica para mejorar la ingesta de ácido graso Omega-3, ya que el yogurt es un producto ampliamente disponible y consumido en el mercado de productos lácteos a nivel mundial.
Los expertos en salud concuerdan en que este avance puede desempeñar un papel crucial en la prevención de diversas enfermedades no transmisibles, al asegurar que las personas obtengan las cantidades recomendadas de compuestos bioactivos a través de su consumo.
Este yogurt funcional se presenta como una opción atractiva para mejorar la salud y puede ser una elección efectiva para aumentar la ingesta de Omega-3 en nuestra dieta diaria.
Para los amantes de los lácteos en general, y de los yogures en particular, existen algunas variedades, de entre todos los tipos de yogur los naturales y los griegos son muy saludables y pueden consumirse sin mayores problemas.
De hecho, existen estudios que demuestran que son una buena fuente de calcio, vitamina D, potasio y proteína.
Un hecho que es reconocido por entidades de diferentes países, como la Fundación Española del Corazón o la Oficina de Prevención de Enfermedades y Promoción de la Salud de Estados Unidos, se apunta a que el yogur puede ser considerado un alimento muy recomendable para las personas que sufren diabetes del tipo 2, siempre que, evidentemente, no contenga azúcares añadidos.
Una de las características de los yogures, al igual que otros alimentos fermentados, es que contienen unas bacterias llamadas probióticos.
Diversos estudios científicos parecen estar de acuerdo en que estos probióticos mejoran la salud intestinal. Aunque es un ámbito en el que todavía se está trabajando para obtener pruebas concluyentes, sí parece existir un consenso en que las bacterias intestinales pueden estar relacionadas con otras condiciones de salud, tales como la diabetes y la obesidad.
Un estudio publicado en el International Journal of Preventive Medicine mostró que el consumo de yogures probióticos favoreció una reducción significativa en la presión arterial, en los niveles de glucosa en sangre, en marcadores inflamatorios y en colesterol.