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El consumo de queso en la población chilena, en particular, se está vinculado con altos beneficiosos para la salud y menores niveles de obesidad

Quesos Chile

Se revela desconocido beneficio en la población chilena del consumo de queso, por científico chileno al realizar estudio en población local sobre los efectos protectores de diversos tipos de lácteos, el consumo de queso en particular está vinculado con menores niveles de obesidad.

El académico de la Universidad San Sebastián y miembro del Comité Científico del Programa Gracias a la Leche del Consorcio Lechero, mostró resultados de encuesta que recopiló datos de más de dos mil personas de edad adulta residentes en el país.

Chile es una de las naciones latinoamericanas donde esta emergencia tiene más consecuencias, por datos de la Encuesta Nacional de Salud, un 39.8% de la población tiene sobrepeso, un 31.2% tiene obesidad y un 3.2% tiene obesidad mórbida.

Casi tres de cada cuatro chilenos presentan algún grado de malnutrición por exceso, en este estudio se analiza el consumo de diferentes lácteos, entre ellos el yogur, la leche entera y descremada, el quesillo, y otros.

Y se observa cuáles se asociaban como un factor protector frente a la obesidad, encontrando que el queso fue el que más protección entregó, a diferencia de los otros, que se mostraron neutrales.

Los individuos que declararon consumir habitualmente queso evidenciaron un menor índice de masa corporal, es un resultado bien novedoso.

Sugieren la importancia de mantener tres porciones de lácteos al día, una cifra que de acuerdo al consumo promedio en el país (cerca de 180 litros al año, de acuerdo a mediciones oficiales) no se estaría cumpliendo ni siquiera en las poblaciones consideradas como de mayor riesgo: niños, embarazadas y personas de la tercera edad.

Los resultados del estudio suponen la primera evidencia a nivel local entre la ingesta de estos productos y el peso corporal, y establecen las bases para continuar exploraciones que constaten el impacto de los productos lácteos en la dieta de las y los chilenos.

El investigador plantea lo que a nivel de la comunidad científica se conoce como la “paradoja francesa”, esto es si bien las enfermedades cardiovasculares se relacionan con una dieta alta en grasas saturadas, el país europeo tiene –según datos de la OMS– la menor mortalidad en estas condiciones, pese a ser uno de los mayores consumidores de queso en el mundo.

El investigador remarca que esto podría justificarse por el efecto divergente de las grasas saturadas sobre las lipoproteínas, por otra parte, los lácteos contienen grasas saturadas, aunque algunos estudios recientes han señalado una correlación inversa entre su consumo y las enfermedades cardiovasculares, posiblemente debida a su contenido en el ácido graso trans palmitoleico, que permite un aumento de los niveles de colesterol HDL y una disminución de los triglicéridos.

Los lácteos además de grasas poseen gran variedad de nutrientes que pueden ser beneficiosos para la salud, mejorando la respuesta a la insulina, aumentando los niveles de adiponectina y disminuyendo la presencia de obesidad, entre otros efectos.

El consumo de queso puede tener efectos positivos para la salud, por ejemplo, puede prevenir la enfermedad cardiovascular, disminuir los triglicéridos plasmáticos y aumentar el colesterol HDL.

Por ejemplo, el Camembert tiene un hongo en particular y otras variedades se fabrican con distintas fermentaciones, lo que podría derivar en beneficios aún más potentes.

En Chile estamos principalmente entre los quesos gauda, mantecoso y chanco.

Eventualmente podríamos tener una mayor variedad de diferentes tipos de queso, distintas presentaciones de quesos artesanales o con otro tipo de maduración, todavía estan en verde si nos comparamos con Francia, España o Italia las grandes referencias mundiales en la materia.

El consumo de lácteos no está asociado a incremento de riesgo de infarto, de enfermedad cardiovascular, cerebro vascular, diabetes tipo 2, hipertensión, entre otras.

El queso siempre ha sido rico en grasas saturadas y sodio, pese a eso siempre ha tenido un efecto favorable contra enfermedad cerebro vascular, el yogurt tiene un efecto en la prevención de diabetes tipo 2.

Otra de las condiciones en que los lácteos han demostrado un efecto protector para los seres humanos es en la inflamación, una de las respuestas más relevantes del sistema inmunitario para defenderse de agentes externos como virus y bacterias, la inflamación de bajo grado es un factor clave en el desarrollo de enfermedades metabólicas, tales como la diabetes tipo 2 o el síndrome metabólico.

En Chile, las cardiovasculares son la segunda causa de muerte después del cáncer, la diabetes tipo 2, el 12% de la población tiene diabetes tipo 2. Y el síndrome metabólico aproximadamente un 40% de la población, y detrás de todo eso está la inflamación de bajo grado, mucha gente confunde este estado con la hinchazón con la inflamación, pero no es así.

La idea es siempre tener una dieta que favorezca una disminución en la inflamación, y ahí aparece la leche, con sus componentes ricos en grasas saturas y nutrientes de alto valor biológico como el calcio, la vitamina D y el potasio, la confusión podría explicarse porque hay gente que al sufrir hinchazón por intolerancia a la lactosa, asocia la ingesta de lácteos con la “inflamación”, un fenómeno distinto y que ocurre en el sistema inmunitario, detalla el académico chileno.

La evidencia comparada muestra que los lácteos no tendrán un efecto en la inflamación y que podrían ser incluso antiinflamatorios, donde el que mejor se comporta es el yogur, entre los componentes antiinflamatorios de los lácteos tenemos la vitamina D, el calcio, las proteínas, las bacterias vivas, que vamos a encontrar en el yogur o en el queso, y los péptidos bioactivos, ntonces, pese a que tienen grasa saturada que es proinflamatoria, al tener los otros componentes se reduce o revierte el efecto.

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