El mayor tiempo que uno pase sin dormir, más posibilidad tiene uno de comer más. Piense en esto: si se siente cansado en el trabajo y parece que no puede concentrarse, puede tener la tentación de tomar una taza de café y un dulce para acompañarlo. Entonces, es posible saltarse del gimnasio y pasar por su sitio de comida rápida favorito, ya que estas agotado y simplemente no tienes el tiempo o la energía para cocinar o hacer ejercicio.
Una vez que llega la hora de dormir, uno esta demasiado lleno o aún no ha bajado de su alto nivel de azúcar lo que se convierte en un ciclo y usted se encuentra luchando contra la somnolencia o tratando de descansar un poco. La privación del sueño, como bien sabemos es un hecho que les afecta a muchos, algunos les afecta gravemente en su estilo de vida y la salud.
Un nuevo estudio sobre los efectos de la privación del sueño se ha publicado en la revista científica llamadaSleep. Este estudio ha revelado resultados impactantes, de como la relación directa entre la falta de sueño y la ansiedad, tiene un mayor riesgo a la obesidad. Los científicos encontraron que la falta de sueño altera sustancias químicas del cerebro de una manera que estimula el hambre, lo que hace que sea imposible resistirse a los aperitivos, incluso cuando uno está lleno.
Lo que hace este estudio único es que proporciona evidencia para todos los mitos que siempre hemos oído. El estudio identifica una región específica del cerebro que está bloqueada cuando se combina con la falta de sueño y la ingesta de alimentos. Es innegable que más sueño tengas, más altos serian los niveles de endocannabinoides( son los compuestos naturales producidos por el cuerpo para regular el apetito mediante el aumento de la "hedónica" o placentero). Los endocannabinoides están involucrados en una serie de procesos psicológicos, como el apetito, la sensación, el estado de ánimo y la memoria. Debido al alto nivel de los endocannabinoides, uno está en riesgo de comer más y tener antojos poco saludables, como los helados, papitas fritas, o donas. Esto puede convertirse en un problema mucho más grave y más tarde puede dar lugar a la obesidad.
Los científicos llegaron a este descubrimiento mediante el estudio de los hábitos de comportamiento de catorce adultos sanos de edades de 18 a 30. Luego fueron divididos en dos grupos, un grupo siguió un horario de sueño normal, mientras que el segundo grupo tenía un plan mucho más restringido. El primer grupo durmió 8.5 horas, desde las 11 p.m.-7 a.m., y el segundo grupo durmió 4.5 horas desde la 1 a.m.-5:30 am. Siguieron a esta medida por cuatro días, se les pidió a los participantes que lleven a cabo sus actividades diarias y no se les permitió tomar siestas. Después de cuatro semanas, se les pidió a los participantes que cambien y experimenten el horario del sueño de su grupo opuesto. A lo largo de su día de sueño, los participantes fueron expuestos a tres diferentes configuraciones de alimentos: una barra de almuerzo, merienda, y cena. Los investigadores encontraron que los participantes con el horario de sueño restringido sintieron fuertes antojos y apetito por la tarde y la noche.
En conclusión, durmiendo menos nos encontramos alterando los endocannabinoides normales en nuestro cuerpo y esto puede contribuir al aumento de peso y otros hábitos poco saludables.
"Es importante para nosotros conseguir una buena rutina con nuestros hábitos de sueño. Necesitamos proteger nuestro sueño más, y no sólo pensar en ello como un subproducto del día", dice Erin C. Hanlon, investigador principal del estudio y científico de la Universidad de Chicago del departamento de los sueños, el metabolismo, y salud.
Para aquellos que están tratando de mantener una buena salud, es fundamental conseguir una buena noche de sueño.