Durante la última década, el interés en los alimentos lácteos fermentados ha ido en aumento ya que promueven la salud y potencialmente podrían prevenir enfermedades como la hipertensión (presión arterial alta). Los productos lácteos funcionales que disminuyen la presión arterial y la frecuencia cardíaca pueden ofrecer a los consumidores una alternativa eficaz a los medicamentos antihipertensivos si su eficacia puede ser demostrada.
Los investigadores informaron en la revista Journal of Dairy Science sobre la base científica de las oportunidades para el desarrollo de productos basados en nuevas bacterias del ácido láctico.
La hipertensión afecta a más de mil millones de personas en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. Es un factor de riesgo importante para el desarrollo de otras enfermedades cardiovasculares, apoplejía, insuficiencia renal, accidentes cerebrovasculares, y muchas otras complicaciones médicas. Aunque la hipertensión se puede tratar con medicamentos, que implican a menudo efectos secundarios significativos, los científicos están buscando sustancias de los alimentos que pueden ayudar a reducir o prevenir la hipertensión.
"La leche fermentada que ha sido promovida como un tratamiento no farmacológico para la hipertensión, debido principalmente a la falta de efectos secundarios indeseables, pero, hasta ahora no teniamos pruebas suficientes para apoyar ésta información de acuerdo con la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA)," explicó el investigador principal, Belinda Vallejo-Córdoba, PhD, del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, Sonora, México.
"Los péptidos bioactivos más estudiados derivados de las proteínas lácteas son péptidos antihipertensivos, sin embargo, los estudios existentes deben ser evaluados antes de una declaración de propiedades saludables para que se puedan asociar a productos. Con ello como objetivo, hemos revisado cuidadosamente la leche fermentadas in vitro e in vivo, que contenian péptidos antihipertensivos ".
El equipo de investigadores estableció que la estrategia más común para seleccionar las leches fermentadas con potencial antihipertensivo fue identificar los péptidos inhibidores que convierten la angiotensina-enzima (ACE). Sin embargo, se observó que algunas cepas que inhiben la actividad de la ECA in vitro no redujeron la presión sanguínea en ratas. Se evaluaron 13 estudios con ratas espontáneamente hipertensas y siete ensayos clínicos controlados aleatorios en los que se demostró un efecto antihipertensivo. La mayoría estaban basados en Lactobacillus helveticus.
Los investigadores señalan que varios productos de la leche fermentada que ya están en el mercado atribuyen su efecto antihipertensivo de los péptidos bioactivos presentes en la leche fermentada y llaman la atención sobre el hecho de que algunos de estos productos comerciales poseen los derechos de propiedad intelectual. Sin embargo, señalan que estos productos también pueden contener minerales como el potasio y el calcio, que pueden tener un efecto positivo sobre la presión arterial.
"Aunque mucha investigación relacionada con péptidos antihipertensivos ya se han hecho, hay una gran necesidad de exploración de nuevas bacterias de ácido láctico que poseen la capacidad de generar esta bioactividad así como buenas propiedades tecnológicas para la producción de productos lácteos fermentados.
Las leches fermentadas con efectos antihipertensivos son escasas y la mayoría de los productos actuales se basan en Lactobacillus helveticus, tenemos una gran oportunidad ", comentó el doctor Vallejo-Córdoba.
Los autores recomiendan futuros estudios para incluir en vitro bacterias del ácido láctico de detección para los efectos inhibidores de la ECA, sobre todo realizar estudios in vivo con ratas espontáneamente hipertensas, en ensayos clínicos para probar la eficacia de la leche fermentada. "También es importante que la legislación reguladora permita la introducción de declaraciones de propiedades saludables de los alimentos lácteos funcionales, especialmente en países en los que este tema no se ha desarrollado," concluyó el Dr. Vallejo-Córdoba.