El 20 de noviembre la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebra el “Día Universal del Niño” para promover su bienestar y reconocer la labor de quienes trabajan por transformar su vida. Por esto, es necesario proveerle a los niños las oportunidades que les permitan desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente de una forma saludable y natural. En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han creado una serie de recomendaciones para cubrir los requerimientos nutricionales de los niños.
La educación alimentaria es una herramienta de empoderamiento para las familias y sus comunidades, brindándoles instrumentos que les permitan tomar decisiones que favorezcan la salud de los niños a través de una nutrición apropiada. Para prevenir la obesidad y enfermedades crónicas como la diabetes, es trascendental que los niños y los adultos encargados de su cuidado comprendan conceptos claves como las calorías, de dónde vienen los nutrientes, los beneficios de cada uno de los grupos alimenticios y los hábitos que pueden adoptar para llevar un estilo de vida saludable.
Se debe tener presente que la energía y los nutrientes provienen de los alimentos, y a falta de estos es posible enfermar o morir. Por su parte, las calorías representan el poder energético de la comida. La energía proveniente de las calorías se utiliza para realizar funciones como respirar, crecer, hacer la digestión y caminar, entre muchas otras.
Si bien el número de calorías o la cantidad de energía que requieren los niños depende de su edad, sexo y actividad física, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la FAO comparten los requerimientos de energía para los niños:
Pero, ¿en qué consiste una alimentación infantil adecuada?
Para comenzar con un buen desarrollo inicialmente se recomienda:
Lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida.
Iniciar alimentación complementaria a partir del sexto mes, manteniendo lactancia hasta los dos años de edad o más.
La FAO propone una dieta equilibrada que incluye carbohidratos, proteínas y grasas. Estos se conocen como macronutrientes porque son sustancias que se requieren en grandes cantidades para las funciones fisiológicas naturales del cuerpo. Los micronutrientes se requieren en pequeñas cantidades y son las vitaminas, los minerales y otros fitonutrientes.
¿En qué alimentos se encuentran los macronutrientes?
Carbohidratos: frutas, verduras, cereales, productos de granos enteros como pan integral, tubérculos, legumbres, jugos naturales, miel, azúcar, néctar de agave o maple, yogurt, leche, etc.
Proteínas: aves de corral, huevo, res, cordero, cerdo, pescado, mariscos, embutidos y productos lácteos. Existen alimentos de origen vegetal que aportan cantidades importantes de proteína como legumbres (frijol y cacahuate), granos enteros (avena, arroz, maíz y trigo), nueces (almendras) y semillas (pepitas). Cuando se combinan legumbres y cereales, como una sopa de lentejas con una rebanada de pan integral, se pueden sustituir a las proteínas de la carne.
Grasas: mantequilla, leche y demás productos lácteos; manteca, margarina, aceites vegetales, yema de huevo, mayonesa, carnes con grasa, coco, aguacates, cacao, nueces y semillas.
Para conseguir que los niños tengan estilo de vida saludable se recomienda adoptar buenos hábitos alimenticios y de actividad física desde temprana edad puede prevenir obesidad y otros problemas de salud en el futuro de los niños.
Estos son cinco hábitos que ayudan a mantener el peso ideal:
Consumir alimentos de todos los grupos.
- Preferir alimentos ricos en fibra, altos en nutrientes y bajos en calorías.
- Cuidar las porciones y nunca saltarse el desayuno.
- Realizar 60 minutos diarios de actividad física, combinando ejercicios aeróbicos y de fuerza.
- Reemplazar bebidas azucaradas por agua natural.
Debemos recordar que los primeros años de vida de los niños son los que los marcarán. Por esto es necesario que los padres les inculquen desde pequeños estos hábitos alimenticios y realizar deporte de una forma regular. La mejor forma de cuidar la salud y evitar enfermedades como la obesidad se pueden prevenir con una correcta educación alimenticia.
Por Rocío Río de la Loza, Health Coach.
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